Elaborado por: Dra. María Lourdes Piñero Martín
La coherencia paradigmática sobre la que descansa el accionar del investigador cualitativo permite la asunción de criterios contextualizados y construidos progresivamente, a partir de su reflexión crítica y permanente que desafía en muchos casos la creatividad. Ciertamente, Yuni y Urbano (2005, p.85), refieren que las metodologías cualitativas lejos de suponer un proceso de investigación caracterizado por etapas fijas, secuencialmente ordenadas y siempre proyectadas hacia delante, se presentan a sí mismas resaltando su carácter dialéctico, flexible y adaptable a las particularidades del objeto de estudio y del contexto en el que se lo aborda.
Entendemos por proceso de investigación en la perspectiva metodológica cualitativa, la dinámica interactiva de construcción y reconstrucción de estrategias metodológicas guiadas mediante la reflexión epistémica constante del investigador que implica su involucramiento en el contexto social, a los fines de recrear, analizar y comprender las significaciones cotidianas del fenómeno en estudio por parte de los informantes participantes.
Tal cual expresa Díaz Flores (2012):
La vida cotidiana es el espacio, donde de manera natural nos enfrentamos a conocimientos y relaciones, en la que se difunden saberes, creencias y maneras de entender el universo y a los seres vivos. Se convierte entonces en un campo de exploración, tanto de saberes como de prácticas inspiradas en valores del paradigma emergente. Los saberes que se transmiten desde la cotidianidad, se pueden transformar en sabidurías de vida siempre que las prácticas y los saberes no se naturalicen y no se mantengan inamovibles. (pp.17-18).
En este sentido, es necesario considerar la perspectiva metodológica cualitativa como un proceso que se aleja de la concepción lineal de la investigación tradicional, en tanto está guiada por el accionar de toma de decisiones del investigador, lo que implica probablemente que uno y otro momento pueden desarrollarse en forma recursiva, pues “hay una interdependencia mutua de las partes del proceso de investigación” (Flick, 2007,56). Al respecto conviene resaltar lo referido por González Rey (2007).
Definimos el proceso de investigación como la inmersión viva del investigador en el campo de investigación, la cual no está sujeta a reglas a priori ni a una secuencia rígida de momentos, sino que está dirigida de forma activa por el investigador en función de las necesidades del modelo teórico que desarrolla sobre el problema de investigación. (p.77).
La dinámica investigativa se concibe como un proceso abierto sometido a imprevisibles cambios que refieren el papel preponderante del investigador en su esfuerzo por develar los sentidos subjetivos de los informantes (también llamados “versionantes”, narradores, actores sociales, entre otras denominaciones) del contexto social estudiado y vinculado con la temática de investigación. Durante el proceso, el investigador articula los procedimientos que pudiendo estar previamente previstos, se despliegan o rediseñan de acuerdo a la emergencia de nuevas situaciones o significados relevantes, bien por la vía del contexto, los hallazgos, o la aplicación misma de los procedimientos empleados.
Todo ello resulta en una lógica configuracional, denominado así por González Rey (2007), la cual constituye la organización de un proceso constructivo-interpretativo que va aconteciendo en el curso de la propia investigación, y a través de un sinnúmero de canales que el investigador no define necesariamente con antelación, sino que se van articulando con la temática de estudio que constituye el eje desarrollador de la investigación.
Siendo así, como proceso, la investigación en la perspectiva metodológica cualitativa implica la ejecución de acciones que si bien es cierto no se desarrollan de manera lineal, estas pueden avanzar de manera recursiva de acuerdo a la metódica que el propio investigador va ejecutando. Algunos autores refieren acciones genéricas que pueden ejecutarse de acuerdo a las características propias del proceder del investigador, de sus intencionalidades, del contexto social, de las características de los informantes y de las situaciones inciertas que se presenten. Al respecto, Denzin y Lincoln (1994, p.11) plantean que el proceso de investigación debe partir de tres actividades genéricas, interconectadas entre sí, como son teoría, método y análisis; y ontología, epistemología y metodología; por cuanto cada investigador enfrenta al mundo desde un conjunto de ideas, un marco (teoría) que determina una serie de cuestiones (epistemología) que son examinadas de una forma determinada (metodología y análisis).
De acuerdo a la concepción del proceso de investigación planteado en párrafos anteriores asumiremos la dinámica del proceso de investigación cualitativa conformada por las instancias orientadoras que “reticulan” la metaestructura del proceder interactivo del investigador, mediado por su acción reflexiva permanente, lo cual le permite la toma de decisiones de manera individual o colectiva con los informantes (según el método de investigación abordado) respecto al uso adecuado y pertinente de conceptos teóricos, de diversas técnicas, procedimientos o instrumentos, de la selección de los sujetos de estudios, inclusive de la reorientación de intencionalidades investigativas, y de allí hasta la presentación y comunicación de los hallazgos a la comunidad científica y a la sociedad en general. Tales instancias del proceso, configuran los momentos o fases específicas, dinámicas y recursivas del diseño de investigación que abordaremos más adelante.
Entendemos a los efectos de la presente obra cuatro (4) instancias orientadoras del proceso de investigación en la perspectiva metodológica cualitativa, visualizadas en el Gráfico 8, las cuales se presentan de manera separada en tanto implican ejercicios intelectuales y prácticos diferenciados, pero a su vez la acción reflexiva del investigador procurada por la vigilancia epistemológica genera decisiones que producen interacciones en el conjunto de actividades desarrolladas durante el diseño mismo de la investigación. Esta articulación configura una organización particular del proceso dimensionado en y a partir del objeto de estudio y del escenario social sobre el que se realiza la investigación, y que va definiendo en gran medida el diseño de la investigación.
Fuente: Piñero, Rivera y Esteban, 2020
Las instancias orientadoras las podemos describir como:
- Concepción epistémica y metodológica
Está referida a las reflexiones derivadas de la finalidad constructiva del objeto de estudio y las posibilidades de conocimiento en un contexto o escenario social. Para ello es necesario que el investigador clarifique las particularidades que dibujan el fenómeno de estudio a observar y su posición como observador, a los fines de encontrar el sentido y opciones metodológicas coherentes con la visión del mundo que declare.
- Posibilidades teóricas
Esta instancia transversa el proceso de investigación, por cuanto si asumimos que el esfuerzo del investigador parte de una visión construccionista de la realidad social, entonces las teorías no constituyen representaciones de hechos dados, sino refieren versiones o perspectivas construidas a través de los cuales se ve el mundo. De tal modo que según Mendizabal (2006) el contexto conceptual no se encuentra dado en la información, ni se encuentra prestado, es construido por el investigador sobre la información. Al respecto, Flick (2007) también refiere que:
Así las teorías como versiones del mundo se hacen preliminares y relativas. El desarrollo adicional de nuevos materiales (por ejemplo, por interpretaciones de nuevos materiales) lleva un aumento de la fundamentación empírica en el objeto que se estudia. Pero el proceso de investigación aquí, además no comienza como una tabula rasa. El punto de partida es más bien una preconcepción de la materia o campo de estudio (…). Los supuestos teóricos se vuelven relevantes como versiones preliminares de la manera de comprender el objeto que se estudia y la perspectiva sobre él, que se reformulan y sobre todo se elaboran más durante el proceso de investigación. (p. 58).
Las fuentes sobre las que descansan las posibilidades teóricas de la investigación devienen de: 1)El mundo vivido del investigador en el ejercicio profesional y su vinculación personal con la temática de estudio, lo cual le otorga una visión calificada. 2) El estado del arte sobre el estudio de la temática que otros investigadores han realizado, que se vinculan de forma pertinente y relevante en la investigación. 3)La propia representación teórica que emerge en la investigación como vía de significación de la información producida, la cual según González Rey (2007, p. 75) no está fragmentada en resultados parciales asociados a los instrumentos usados, sino que se integra en un sistema cuya inteligibilidad es producida por el investigador.
- Esfuerzos sistematizadores de la información
Es la instancia orientadora según la cual el investigador realiza el acceso al campo o escenario de estudio para aplicar procedimientos de recolección de evidencias y la transformación de estas en información pertinente a la construcción del conocimiento sobre el objeto de estudio. En este caso, el “campo” o “escenario” es aquel “espacio social que caracteriza el desarrollo de la investigación y que está orientado a lograr la implicación de los participantes en la investigación” (González Rey, 2007,p. 60), el cual puede significar una institución, un aula, una subcultura, una comunidad, una familia o grupo específico de portadores de relatos o versiones sobre el fenómeno social.
A partir de la reflexión permanente del investigador, bien sea desde el inicio o durante el desarrollo grueso de la investigación, se despliegan en forma progresiva una serie de sistemas de observación y encuentros dialógicos. De allí la importancia de la competencia comunicativa, así como la habilidad, paciencia, perspicacia y visión holística del investigador para obtener, registrar y organizar la información.
- Comunicación de la información
El conocimiento que no se comunica no existe. Por tal razón, los hallazgos construidos durante el proceso investigativo deben ser expresados y presentados en un documento que pueda compartirse con la comunidad de pares académicos y con el público en general siguiendo la vía de medios impresos o medios electrónicos.
En general, el avance de la ciencia se revela a través de diversos mecanismos de comunicabilidad, como por ejemplo trabajos de investigación vinculados con la culminación de programas de maestría o doctorados, ponencias publicadas en los extensos de congresos científicos, informes o reportes de proyectos de investigación financiados por instituciones académicas, artículos científicos publicados en revistas especializadas, e inclusive libros que expresan la trayectoria investigativa de los investigadores en ejercicios intelectuales individuales o colectivos.
Cualquiera sea el medio de comunicabilidad, es preciso que el argumento presentado refiera el rigor científico que acompañó el proceso, lo cual implica una tarea bastante compleja, pues en todo caso, un recorrido que resultó en ruta circular y recursiva, ha de presentarse siguiendo un orden o linealidad que sea comprensiva al lector.
Es así como el proceso de investigación en la perspectiva metodológica cualitativa refiere el resultado de una reflexión permanente de vigilancia epistemológica en tanto se conduce la implicación e interacción del investigador “con y en” el contexto cotidiano donde emerge el objeto de investigación, y su dinámica procedimental se va a configurar de acuerdo a las etapas del método de investigación elegido para atender las preguntas o inquietudes investigativas.
En la PARTE 3 nos acercarnos al entendimiento del diseño de investigación propiamente dicho en la perspectiva metodológica cualitativa.
¿Qué aspectos consideras más importantes en el proceso de investigación guiado por la perspectiva metodológica cualitativa? Te leemos en los comentarios…
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Texto Extraído de:
Piñero,M.L.; Rivera, M.E. & Esteban,E.(2020) El proceder del investigador cualitativo. Precisiones Para el proceso de Investigación. Capítulo 8. 2da edición. Lima-Barquisimeto, coedición UNHEVAL-UPEL-IPB. https://doi.org/10.46498/upelipb.lib.0001
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