Asignaturas como Economía o Ciencia Política eran vistas hace varios años como temas exclusivos de la educación superior. Por fortuna eso ha cambiado y hoy en día se imparten con regularidad en la mayoría de colegios de Colombia. No sé si sucede lo mismo en otros países de América Latina. Valdría la pena indagar al respecto.
De la misma manera que hoy se enseñan estas asignaturas, junto con otras que, al menos en mi época de escolar no se le hubiera ocurrido a nadie que algo así era posible o incluso necesario, también puede abrirse campo a la investigación, o para ser más preciso, a la metodología de la investigación. Sí, estoy diciendo que es posible y necesario hablar y discutir dentro y fuera de un salón de clase sobre qué es una investigación cuantitativa, o una cualitativa y cuáles son sus principales diferencias; podemos y debemos hablar de variables y categorías y, en fin, de todos los términos técnicos que son propios de esta rama del saber con su infinidad de aplicaciones. Mi punto es que no es necesario esperar a la universidad para hablar de estos temas, de manera directa.
No es un secreto para nadie que la investigación, en todas las áreas del conocimiento, en América Latina está casi estancada o por lo menos muy por detrás de lo que se realiza en países como Estados Unidos, Alemania, España o China. La producción científica de estas naciones es muy superior a la que se logra hacer en Colombia, por nombrar el caso que conozco más de cerca. De hecho, según informes de la CEPAL, la RIAC (Red Interamericana de Competitividad) y la RICYT (Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología) es evidente que los 34 países que conforman la región están rezagados en producción científica con respecto a los países desarrollados y esto se debe en buena parte al bajo presupuesto que los gobiernos de estos países dedican a impulsar la investigación.
Ahora bien, cabe subrayar que además de un presupuesto más robusto hace falta, desde mi perspectiva, fomentar una cultura de la investigación en todas las instituciones de educación superior de Colombia y de todos los países de la región. Pero no solo en las universidades; estoy convencido que si se le diera un impulso adecuado desde los colegios esto podría ayudar a mejorar no solo la producción científica con sello latinoamericano, sino también el bienestar general de toda la población.
La investigación, tiene sentido siempre y cuando sirva para transformar nuestras sociedades; el ejercicio de investigar está encaminado fundamentalmente a entender mejor la realidad, a escudriñar la verdad y a encontrar formas de avanzar como especie en todos los aspectos de la vida. Sin embargo, teniendo en cuenta este principio, hay algo sobre lo que el mundo académico debe reflexionar más a fondo. Me refiero al paradigma de progreso que sigue marcando la actividad científica y tecnológica de todo el mundo donde lo que prima es el deseo de aumentar las ganancias de quienes tienen el poder. Hoy por hoy, el avance del conocimiento debería estar enmarcado dentro de los parámetros que establecen los objetivos del desarrollo sostenible y una visión más humanista de la ciencia.
Uno podría creer que con todos los avances científicos y tecnológicos que tenemos ya es poco lo que hay por descubrir o inventar y, hay que decirlo, las características de la producción científica de los últimos treinta o cuarenta años parece corroborar esta hipótesis. Esto puede tener varias causas y varias lecturas. Pero son aspectos que no abordaré aquí, quizá en otro momento.
Según un reporte muy reciente, acaba de salir del horno, se observa que si bien la producción de artículos científicos se ha disparado en los últimos años, la calidad y profundidad de los mismos no resultan tan llamativas, e incluso llegan a ser cuestionables en muchos casos. Lo que evidenciaron estos investigadores es que la cantidad de invenciones “puras” y de ideas disruptivas que logran mover las barreras del conocimiento han venido disminuyendo notoriamente en los últimos años. Estos mismos autores señalan que uno de los obstáculos que existe hoy para impulsar la innovación es el hecho de que se requiere más tiempo de estudio para conocer a fondo un determinado tema y para muchos puede parecer que no hay nada nuevo que descubrir o que inventar. ¿Será posible?
Vale la pena aquí mencionar al científico colombiano Raúl Cuero Rengifo quien en su libro “La orfandad de la nueva generación” invita a reflexionar sobre la diferencia entre innovar (que está de moda) e inventar. Hoy las personas y las empresas buscan constantemente cómo innovar, pero pocos se arriesgan a inventar. Innovar es simplemente mejorar lo que ya existe, lo que sea, pero la idea es mejorarlo. Prueba de ellos son los teléfonos móviles o los computadores. En cambio inventar significa hacer algo nuevo y para ello es necesario “partir de cero” y crear “paradigmas que nos guíen hacia lo novedoso” (Cuero, 2013, p. 63).
No digo que innovar esté mal, pero sin duda hace falta promover la invención y para ello es indispensable que desde los colegios se promueva la creatividad y el pensamiento crítico y que mejor manera de hacerlo que incentivando un espíritu investigativo en los estudiantes, ya desde pequeños, no solo mediante estrategias pedagógicas como el Aprendizaje basado en proyectos (ABPY) o el Aprendizaje basado en problemas (ABPM) o la gamificación; también podemos abrir espacio a la investigación propiamente dicha, con todos sus conceptos y principios de base y con la infinidad de posibilidades que ofrece. En una próxima ocasión hablaré sobre una experiencia que he vivido con estudiantes de secundaria en un colegio de Colombia enseñando y aprendiendo sobre metodología de la investigación.
Elaborado por:
PhD. Jaime Borda Valderrama
Doctor en Ciencias Sociales de la UPNA
Asesor externo de la VIU
Miembro de la Red Académica EoF – Colombia
jaime.borda@gmail.com
CÓDIGO ORCID: 0000-0002-2247-0295
Referencias:
EFE (25 de octubre de 2012). América Latina, rezagada en Tecnología, Ciencia e Innovación. Diario Portafolio. En: https://www.portafolio.co/internacional/america-latina-rezagada-tecnologia-ciencia-e-innovacion-108378
Park, M.; Leahy, E.; & Funk, R. (2023). Papers and patents are becoming less disruptive over time. Nature, 613, 138-160
Cuero Rengifo, R. (2013). La orfandad de la nueva generación. Bogotá: Intermedio Editores
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¿Cuéntanos por qué consideras que la enseñanza de la investigación es importante en el nivel escolar? Te leemos en los comentarios…
1 comentario en “La importancia de enseñar a investigar desde la educación básica – I parte”
Saludos Dr. Borda, excelente reflexión y disertación, gracias por su aporte…